Desde que el ser humano existe, hemos intentado entender y medir el tiempo. Las civilizaciones antiguas usaban el sol como su primer reloj, pero Michel Siffre, un científico y explorador francés que fue uno de los fundadores de la cronobiología (el estudio de los ritmos biológicos) quiso ir más allá: ¿qué pasa si no sabemos si es de día o de noche?
En 1962, con solo 23 años, Siffre realizó un experimento increíble. Se metió en una cueva a 130 metros de profundidad con solo una lámpara de minero como compañía. Lo más sorprendente de su experimento fue que descubrió algo revolucionario: cuando estamos alejados de la luz del sol y los relojes nuestro cerebro percibe el tiempo de manera completamente diferente. Para Siffre, dos meses pasaron como si solo hubiera sido uno.
Sus investigaciones revelaron que, sin los ritmos naturales del día y la noche, nuestro cuerpo tiene un «reloj interno» sorprendente. Descubrió que podemos funcionar en ciclos de 48 horas, con 36 horas de actividad seguidas de 12 a 14 horas de sueño. A veces Siffre dormía dos horas, otras dieciocho, sin poder distinguir la diferencia. «¿Qué es el tiempo?», se preguntaba. «No lo sabemos». Sus estudios fueron tan importantes que tanto el ejército francés como la NASA se interesaron en comprender cómo los humanos perciben el tiempo en condiciones extremas, como misiones espaciales o submarinas. (BBC)
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