Hace poco más de 100 años, una mujer extraordinaria llamada Alexandra David-Néel demostró al mundo que no había sueño imposible. Cuando las mujeres apenas podían viajar solas, ella no solo recorrió medio mundo, sino que se convirtió en una experta en la cultura del Tíbet y logró entrar en Lhasa, su ciudad prohibida, tras una aventura increíble.
Alexandra no era una exploradora cualquiera: ¡fue cantante de ópera, periodista, experta en budismo y hasta vivió dos años meditando en una cueva a 4.000 metros de altura! Para prepararse para sus aventuras, caminaba 40 kilómetros cada día. Además de valiente, era muy curiosa: aprendió el idioma tibetano y estudió con los lamas (maestros espirituales) las tradiciones más secretas de su cultura. Junto a su compañero de aventuras y luego hijo adoptivo Yongden, emprendió el viaje más arriesgado de su vida: entrar en Lhasa disfrazada de mendiga, siendo la primera occidental en lograrlo.
Lo más fascinante es que Alexandra nunca dejó de explorar y aprender. A los 100 años, cuando la mayoría de las personas prefieren quedarse en casa, ¡renovó su pasaporte para hacer un último viaje al Himalaya! Dedicó su vida entera a descubrir nuevos lugares y culturas, escribiendo más de 30 libros para compartir sus experiencias con el mundo. Como ella misma decía: «Para aquel que sabe mirar y sentir, cada minuto de esta vida libre y vagabunda es una auténtica gloria». Sus aventuras inspiraron a muchos otros exploradores y escritores, y hoy es recordada como una de las viajeras más valientes de la historia. (National Geographic | Wikipedia)
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