Los científicos y médicos están investigando algo muy importante: cómo el uso de móviles, tabletas y ordenadores afecta a nuestro cerebro en desarrollo. No se trata de que la tecnología sea mala sino de que pasar demasiado tiempo frente a una pantalla puede cambiar la forma en que nuestro cerebro crece y aprende. Es como si este, que está construyendo sus propias autopistas de información, se encontrara con demasiados atascos y desvíos inesperados por el camino.
El cerebro necesita poder concentrarse para aprender cosas nuevas, pero las pantallas nos llenan de notificaciones y distracciones constantes. Esto debilita nuestra capacidad de atención. De hecho, los estudios muestran que un adulto apenas logra concentrarse 3 minutos seguidos, ¡y un adolescente menos de un minuto! Además, la luz azul de las pantallas engaña al cerebro haciéndole creer que es de día, lo que dificulta el sueño. Y dormir bien es fundamental porque mientras dormimos el cerebro hace limpieza, organiza los recuerdos y fortalece las conexiones neuronales que hemos usado durante el día.
Entender cómo funcionan las pantallas nos da el poder de usarlas mejor. Un cerebro que descansa bien y que practica la concentración es un cerebro más sano, creativo y preparado para cualquier reto. Cuidar nuestro cerebro es fundamental para nuestro aprendizaje y nuestra salud mental. ¿No crees que este increíble órgano se merece el mejor cuidado posible? (El Español | El Mundo)
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