¿Alguna vez has notado ese olor fresco y a tierra mojada justo antes de llover o cuando empiezan a caer las primeras gotas? Ese olor tan especial tiene un nombre: petricor. Durante mucho tiempo fue un misterio, pero ahora los científicos saben que no es magia, ¡es pura ciencia! Este aroma tan agradable se produce por una mezcla de sustancias que se liberan de la tierra y las plantas cuando el agua de la lluvia las toca.
El petricor se forma gracias a dos ingredientes principales. Uno son los aceites que algunas plantas sueltan cuando hace mucho calor y que se quedan pegados en el suelo y las rocas. El otro, y el más importante, es una sustancia llamada geosmina, que es producida por unos microorganismos diminutos del suelo, parecidos a bacterias. Cuando la lluvia cae sobre la tierra seca, las gotas de agua empujan estos aceites y la geosmina hacia el aire, ¡y entonces podemos oler el petricor! Los humanos somos tan sensibles a este olor que podemos detectarlo con muy poquita cantidad, ¡muchísimo más que otros olores!
Este descubrimiento nos ayuda a entender mejor nuestro mundo y cómo la naturaleza está llena de pequeños detalles asombrosos. Nos conecta con la Tierra y nos recuerda lo poderosa que es la lluvia. ¡Incluso los camellos en el desierto usan la geosmina para encontrar agua a kilómetros de distancia! Así que, la próxima vez que huela a «tierra mojada», recuerda que estás oliendo una compleja mezcla de ciencia y naturaleza. ¿No es genial saber el secreto de ese olor que a casi todos nos encanta? (Juan Carlos Baquero)


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