¡Imagina ser el primer mamífero en viajar al espacio! Antes de Laika, los científicos solo habían enviado algunas moscas de la fruta para estudiar qué pasaba allá arriba, pero necesitaban saber si un animal más parecido a nosotros podría sobrevivir en el espacio. Entre varios perros que se entrenaron para esta misión, eligieron a Laika, una perrita callejera de Moscú, por ser tranquila y adaptarse muy bien a los espacios pequeños.
El 3 de noviembre de 1957, Laika despegó dentro de una nave llamada Sputnik 2, donde experimentó algo que ningún ser vivo había sentido antes: la microgravedad, esa sensación de flotar que tienen los astronautas en el espacio. Durante su histórico viaje, los científicos pudieron comprobar por primera vez cómo respondía un ser vivo en estas condiciones tan especiales. Aunque lamentablemente Laika no sobrevivió al viaje debido a un problema con la temperatura de la nave, su misión demostró que los seres vivos podían soportar un viaje espacial.
El valiente viaje de Laika abrió el camino para que los humanos pudiéramos viajar al espacio. Después de ella, otros ocho perros soviéticos realizaron misiones espaciales, y esta vez los científicos ya sabían mucho más: ¡seis de ellos regresaron sanos y salvos a la Tierra! Gracias a Laika y a estos valientes perros astronautas, los científicos aprendieron cómo hacer que los viajes espaciales fueran más seguros para todos. Hoy recordamos a Laika como una verdadera pionera de la exploración espacial. (National Geographic)
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